Cuando estamos embarazadas
vivimos una etapa hermosa en la que descubrimos lo maravilloso de nuestro
cuerpo humano, de sentir al bebé, de engreírnos como si fuéramos otro bebé, de
preparar todo para cuando llegue el momento de conocerlo, etc.
Hasta que llegamos al séptimo u
octavo mes, donde perdemos un poco la gracia, y comenzamos a desear que el bebé
nazca lo más pronto posible; sí, el embarazo es hermoso, pero llega un momento en
el que no queremos esperar más.
