jueves, 24 de septiembre de 2015

INVIERNO MATERNAL


Cuando estamos embarazadas vivimos una etapa hermosa en la que descubrimos lo maravilloso de nuestro cuerpo humano, de sentir al bebé, de engreírnos como si fuéramos otro bebé, de preparar todo para cuando llegue el momento de conocerlo, etc.

Hasta que llegamos al séptimo u octavo mes, donde perdemos un poco la gracia, y comenzamos a desear que el bebé nazca lo más pronto posible; sí, el embarazo es hermoso, pero llega un momento en el que no queremos esperar más.

Cuando vemos a ese ser maravilloso por primera vez, nos damos cuenta que no habíamos conocido el amor hasta ese momento y nos acurrucamos a su lado cada vez que podemos para contemplarlo y sentirnos nuevamente uno; y empezamos nuestro viaje maternal con la dulce y dolorosa lactancia y las noches sin sueño completo; así descubrimos su primera sonrisa, y como aprende a voltearse, entre otras cosas. De pronto nos sentimos raras…nuevamente, y nos sentimos un poco cansadas.