A quién no
le ha pasado escuchar al niño (a) decir: Mamá, ¿mañana hicimos eso no mama?
Suena muy chistoso, y aunque nos matemos explicando cuando es mañana y cuando
fue ayer, no tardan en caer nuevamente en el error.
Estuve
escuchando decir cosas parecidas a Romina (mi hija) por varias semanas, y tras
escuchar en una capacitación para maestros y padres la importancia de que el
niño se ubique en el tiempo y el espacio, decidí dar rienda suelta a mi
imaginación (aunque con el internet, la verdad, la imaginación se queda corta).
Este
calendario lo hice a comienzos del año y a estas alturas comienzo a ver ciertos
avances en Romina. Además, gracias a mis diversas mudanzas, el trasladarnos con
el dichoso calendario, me ha ayudado a practicar el sonido de las letras. Cada
vez que llegamos a un nuevo lugar me tomo un tiempo (se necesita paciencia para
este paso) para ubicar nuevamente el calendario con la ayuda de Romina.