No
sé qué nombre se utiliza, en otros países, para referirse al “biberón”, pero a
mi hija le encanta decirle “teta”. Ella
desde bebé tuvo muy buen apetito. Cuando nació, no tuvo problemas para lactar y
a diferencia de otras mamás, debo decir que doy gracias a Dios por haber podido
suplir esa exigencia de mi niña, porque, como siempre dije, era una bebé de
buenas encías.
Tampoco tuve problemas para destetarla. Recuerdo que a Romina comenzó a salirle los
dientes como a los 7 u 8 meses, el detalle es que le salieron con toda la
fuerza 2 dientes de arriba al estilo goofy. Así que imagínense lo que sentía al
dar de lactar por aquellos días. El hecho es que, decidimos con un poco de
temor, probar con otra leche y el famoso biberón; de esta manera Romina
y el biberón se volvieron inseparables.
Desde
aquellos días y hasta hace poco, me encantaba decirle: “Romina a la cama”, y ella con ojos un poco tristes decía: “¿y mi teta?, como si estuviera olvidando
darle el fruto sagrado. En las mañanas, antes del cariñoso beso de buenos días,
podía escuchar su susurro al lado de mi cama… “mamá, ¿me haces mi teta?”…extrañaré
esos días.
Ella
está en una edad complicada, algunos escritores la llaman “la primera
adolescencia”, ya saben: El “yo quiero”
y “a mí me gusta”, se volvieron sus frases
favoritas. El detalle está en la gran pregunta…¿Hay algún problema con tomar
el biberón a los 3 años?
Algunos
dicen que está mal y otros piensan no hay ningún problema. A las madres
primerizas estas cosas nos ponen mal, porque finalmente no sabemos qué es lo
mejor para nuestro niño. Por eso, luego de haber leído algunos artículos, escuchado
algunos consejos y finalmente orado para tomar la decisión correcta, me atrevo
a escribir estos tres puntos que puedes tomar en cuenta al momento de decidir
entre quitarle o no el biberón. Al menos a mí me dieron paz.
PUNTOS
A TENER EN CUENTA
1.- Es muy grande para tomar la leche en el
biberón: Esta es una frase bastante común.
Es que en serio, es muy raro ver a un niño corriendo con sus amigos y regresar
a casa a pedir el biberón. Pero, quién se incomoda con esto, ¿el niño?, o las
personas a quienes no les gusta verlo.
2.- En otros países es normal: Creo que
la crianza de los niños no tiene mucho que ver con culturas, sino más bien en cómo
está creciendo el niño, ¿lo hace para sacar alguna ventaja? O solo le gusta
porque se le hace más fácil. En mi opinión, solo debemos tener cuidado si es
algún tipo de manía que los niños han adoptado para sacar alguna ventaja; por
ejemplo, hace unos años conocí un niño que tenía cuatro años y su hermanito tres,
ambos tomaban la mamadera (como decía la mamá), sin embargo, el de tres años solo
lo hacía por las noches porque era cómodo para él ya que lo hacía echado en el
mueble mientras miraba su programa favorito; mientras el mayor de cuatro años,
lo hacía como berrinche para ser como un bebé, y lograr que mami no lo
castigara al momento del baño. ¿Puedes notar el punto? Es fácil, solo debes
mirar cómo y porqué tu niño desea tomar el biberón.
3.- Lo más importante.- Debemos tener en cuenta un punto muy importante
antes de juzgar a un niño, ninguno es igual al otro, todos son un mundo
diferente por dentro, lo que es igual, es el sentir de los padres de querer
hacer lo correcto en ellos. Pero un “principio correctivo” no funciona igual en
todos. Finalmente en cuanto al biberón, creo que lo más importante es que, se
tome toda la leche, no importa si quiere tomarlo en su vaso favorito, en una
taza de adulto, o en su amado biberón.